Ciencia

Antibióticos, Prebióticos y Probióticos.

Suenan similar y es porque todos tiene que ver con microorganismos, sin embargo cada uno tiene una función diferente en nuestro cuerpo y aunque los primeros son medicamentos, es importante saber qué ocurre al interior de nuestro organismo cuando ingerimos cada uno de ellos.

Antibióticos
Muy conocidos por todos, los antibióticos como su nombre lo indica, “anti - en contra” “biótico - vida” son una sustancia química producida por un ser vivo o derivado sintético, que mata o impide el crecimiento o reproducción de bacterias. Es por eso que son recetados en casos de infección bacteriana (y no vírica) para combatir microorganismos como el estreptococo, el estafilococo, la E.coli o el bacilo de koch, entre muchas otras. Como habéis podido inferir, los antibióticos arrasan con cualquier vida bacteriana que encuentren a su paso, incluyendo las bacterias mutualistas que viven en el interior de nuestro organismo, que son necesarias para el funcionamiento correcto y que necesitan estar en un permanente equilibrio como es el caso de las bifidobacterias que habitan en el intestino.

Prebióticos y fructo - oligosacáridos
Los prebióticos son sustancias alimenticias (consisten fundamentalmente en polisacáridos no
almidón y oligosacáridos mal digeridos por las enzimas humanas) que proporcionan un efecto fisiológico beneficioso al huésped, estimulando selectivamente el crecimiento favorable o la actividad de un número selecto de bacterias autóctonas beneficiosas que pueblan el intestino. Favoreciendo más la multiplicación de las bacterias beneficiosas que la de las perjudiciales.
Los dos prebióticos más estudiados son los fructooligosacáridos o FOS conocidos como oligofructosa e inulina. Son carbohidratos presentes en vegetales como ajo, cebolla, puerro, espárrago, alcachofas, raíz de achicoria, tomates, platanos.
También se comercializan productos preparados que incorporan FOS, como son algunos lácteos, bebidas, alimentos infantiles, galletas y panes.
Probióticos
Son aquellos microorganismos vivos (bacterias, hongos etc.) que administrados en una cantidad y forma adecuadas confieren un beneficio a la salud del individuo, por su acción sobre la flora intestinal, pues promueven el desarrollo de bacterias beneficiosas (lactobacillus acidofilus y bifidus). Las especies más utilizadas son:
  • Lactobacillus
  • Bifidobacterium
  • la levadura Saccharomyces boulard
  • algunas especies de Escherichia coli y bacilli.
  • Las bacterias de ácido láctico (LAB), entre las que se encuentra la especie Lactobacillus, han sido utilizadas para la conservación de alimentos mediante fermentación durante miles de años; pueden ejercer una función doble, actuando como agentes fermentadores de alimentos, pudiendo además generar efectos beneficiosos a la salud.

Los probióticos pueden incorporarse a muchos productos, tanto en alimentos como en medicamentos y suplementos dietéticos. Se administran comúnmente en forma de productos lácteos pero también existen alimentos con probióticos añadidos, comprimidos etc.

Cabe destacar que a diferencia de los probióticos, la mayoría de los prebióticos se utilizan como ingredientes de alimentos.

¿Cómo actúan los probióticos?
La flora bacteriana intestinal, está formada por millones de bacterias que proliferan en el interior del intestino grueso, que al fermentar elementos producen sustancias beneficiosas para la salud; además participa en procesos fisiológicos como la digestión y movimientos digestivos, así como en la producción de enzimas digestivos y vitaminas. Dichas bacterias intervienen en el desarrollo normal del sistema inmune, (importante ya que un 75% del mismo se encuentra en el intestino) y en la regulación de la respuesta ante microorganismos perjudiciales para la salud.
Los probióticos, actúan en el tubo digestivo estabilizando la composición de la flora bacteriana e incrementando nuestra resistencia frente a microorganismos patógenos, con lo cual mejoran y activan nuestras defensas.

Más sobre los antibióticos
como ya os había adelantado antes, los antibióticos combaten las infecciones bacterianas, matando las mismas o impidiendo que se reproduzcan, pero hay más, después de tomarlos, muchas de nuestras bacterias beneficiosas mencionadas arriba, mueren igualmente que las patógenas causando un desequilibrio en la flora intestinal.

¿Qué pasaría ante un desequilibrio?
Si la digestión es incompleta o la población  microbiana está alterada, sustancias no deseables podrían entrar en nuestro organismo produciendo consecuencias como: inflamación, gases, diarreas, infecciones, e incluso alergias e intolerancias.

Uso incorrecto de los antibióticos
El alto consumo de antibióticos ha conducido a un incremento notable del desarrollo de resistencias a estos, debido a la posibilidad de obtener antibióticos en las farmacias sin receta médica, saltándose las leyes existentes, principalmente en los países del sur de Europa. Además, en todos los países hay personas que se automedican con restos de fórmulas de antibióticos que les han sobrado de otras ocasiones. (España, por ejemplo, uno de los países con tasas de resistencia más altas, es también uno de los países dónde más antimicrobianos se consumen).
Lo que muchos no saben es que los antibióticos no combaten las infecciones causadas por virus, como: resfríos, gripe, la mayoría de las causas de tos y bronquitis, dolores de garganta, excepto cuando el causante sea un estreptococo. (Según la Organización Mundial de la Salud, un 80% de las infecciones respiratorias comunitarias son víricas)

Beneficios de los prebióticos y probióticos
Básicamente previenen y ayudan a tratar algunas enfermedades.
Las bacterias lácticas (LAB) inhiben el crecimiento de diversos microorganismos patógenos o dañinos, por lo que son beneficiosas en caso de diarrea como la que cursa tras la toma de antibióticos. Así mismo favorecen la síntesis de vitaminas (K y grupo B) y la absorción de nutrientes.

Los FOS actúan en el hábitat intestinal y en la actividad de las enzimas, produciendo ácidos grasos de cadena corta, que inhiben el crecimiento de patógenos. También estimulan la absorción de minerales (Calcio, Magnesio, Zinc y Hierro) y mejoran la mineralización ósea. Así mismo, poseen las propiedades de la fibra, por lo que igualmente regulan el tránsito intestinal, contribuyen a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, y a un mejor control de la glucemia; previniendo el riesgo cardiovascular y mejorando el control de la diabetes respectivamente.

Tanto las bacterias lácticas como los FOS favorecen el equilibrio de la flora intestinal, mejorando el tránsito intestinal en casos de estreñimiento e hinchazón asociada a los gases. En particular el consumo de probióticos Estabiliza y mejora enfermedades que afectan al intestino como Crohn y colitis ulcerosa.

Desde un punto de vista terapéutico, los probióticos y prebióticos  también pueden ser útiles en la prevención de la obesidad y la diabetes de tipo II; aunque se necesita más investigación en esta área. Lo que sí es evidente como podemos concluir, es que las bacterias intestinales desempeñan un papel importante en la salud humana y depende de nosotros cuidarlas evitando el uso indiscriminado de antibióticos y realizando un tratamiento de repoblación de la flora intestinal con pro y prebióticos después de terminar en su totalidad la receta de antibióticos. Señalo en su totalidad porque es usual que el paciente interrumpa la toma de medicamentos cuando se encuentra mejor, lo que, en el caso de los antibióticos,  (no completar un tratamiento con estos) puede permitir que haya bacterias que sobrevivan y se adapten.

ya para acabar, es preciso mencionar que aunque sí que es verdad que se conoce una amplia utilidad en los pro y prebióticos, podéis inferir del texto que una dieta equilibrada y muy variada basta para tener un sistema inmune y un tránsito intestinal en correcto funcionamiento, sin embargo, los tenemos a nuestro alcance y conocimiento para aquellos momentos en los que el equilibrio saludable de nuestro cuerpo falla, como en digestiones lentas que producen hinchazón de vientre y gases, para la recuperación tras una diarrea, o para compensar la ausencia en la dieta de alimentos que contienen prebióticos de manera natural y que no es posible consumirlos porque no nos gustan o por alergias e intolerancias.

fuentes
Guías prácticas de la Organización Mundial de Gastroenterología de PROBIÓTICOS y prebióticos
Centre d'Informació de Medicaments de Catalunya











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